jueves, 10 de enero de 2008

¿Ya no somos las de antes?

A lo largo de ayer, tuve una extraña sensación. 9 de enero... 9 de enero... miré la agenda, pensé que tenía alguna reunión / visita/ llamada que hacer.. etc... Pero nada, en mi agenda no aparecía nada.
No le dí mas importancia. La verdad, es que últimamente soy un desastre cuanto a fechas.
Llegó la noche y decidí cambiar las sábanas.. cosa extraña teniendo en cuenta que estábamos a miércoles. (eso es algo que se hace los fines de semana).
Y algo me recordó.. hace 3 años .. 3 años de ésta foto. 3 años de experimentar la felicidad en mayúsculas.
Últimamente pienso en el peso que tiene el pasado en nuestro presente, en nuestras vidas, en nuestro modo de ser y de afrontar nuevas experiencias. Saber cortar con él, colocar las cosas en su sitio.. afrontarlo pero permitiéndote vivir un presente con la ilusión de un futuro.

Nunca más he tenido la conciencia de felicidad plena como en ésta foto. Un estado pasajero, efímero y a la vez eterno. Porqué lo viví, porqué sé que ésto existe.

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
(Pablo Neruda - Poema 20)

1 comentario:

Anónimo dijo...

uau....que guay saber que has tenido momentos de felicidad plena... yo tb tengo momentos de estos!!!